Cómo la vulnerabilidad puede cambiarnos de un día para otro
Ayer quedé con una amiga que hacía muchos meses que no veía. Es una mujer fuerte, incluso dura, con un humor muy ácido, pero que nunca le falta humor. La sorpresa fue que al verla quedaba lejos esa imagen de mujer dura. Había adelgazado muchísimo y hacía cara de cansada. Su actitud había cambiado, estaba apagada y ni rastro de su humor que la hacía tan vivaz. Parecía otra persona, no cabía en mi asombro. Después de insistirle y de dar rodeos con preguntas de todo tipo para descubrir qué la había llevado a ese cambio confesó mal de amores.
Los desamores
Hacía mucho tiempo que no veía a nadie llorar tan desconsoladamente. Se me encogió el corazón mimetizándome con su estado de desesperación. Mis ojos empezaron a entumecerse pero al mismo tiempo fui capaz de tomar distancia y entender las triquiñuelas de la mente y lo devastadores que pueden llegar a ser los efectos del des-amor.
Tenía su mente totalmente centrada en por qué ese chico no actuaba como ella creía que tenía que actuar: perder los huesos por ella. No entendía por qué no la quería como ella lo hacía. Y se trasladaba del pasado al futuro con mucha facilidad solo con el objetivo de encontrar, en lugar de respuestas, recriminaciones hacia ella misma. Si no le hubiera dicho eso ahora estaríamos bien. Le he agobiado, no debería haberlo hecho. No soportaré volverle a ver cuando coincidamos trabajando de aquí 5 meses.
Estaba en un pozo oscuro inundado de lágrimas.
Ese era su gran drama. Un chico que había conocido hacía 3 meses no sentía la pasión que ella esperaba. Decía que no conocía a nadie que hubiera pasado por eso, que a sus amigas no les pasan estas cosas. Estaba en ese punto de que ella es la más desgraciada y que la vida es una gran mierda.
Claro, es desesperante que la persona a quien quieres no te corresponda, o no lo haga como tú querrías. Es más bien un infierno querer estar con alguien y no saber si el otro querrá: ¿le escribo un whatsapp? ¿Le llamo? Ui, no le quiero presionar, pero tengo tantas ganas de verle.Nos creamos ese infierno en la mente y dejamos de vivir el resto de cosas preciosas que nos ofrece la vida. Nos obsesionamos en un tema y vamos tirando gasolina para que no paren de salir llamas de dolor.
El muro de contención
Veía a mi amiga que estaba sufriendo y que había puesto todo el valor de su vida en las manos de un hombre que había conocido hacía 3 meses, sólo tres meses. Sentía que tenía que hacer algo para que ella recuperara su centro, su estima. Me daba la sensación que su alma había salido de ella y que se había marchitado como una margarita a la que no han regado durante años.
En medio de ese desconsuelo, noté que mi amiga había roto el muro que se había fabricado con mucho esmero para no sufrir en la vida y donde había cultivado su humor ácido. Ese muro la había ayudado a salir adelante, pero por una razón que nunca sabremos, un curioso día conoció a un chico y al instante se enamoró. Eso la convirtió, como por hechizo, en una persona totalmente vulnerable.
Ella se sentía expuesta a soldados con lanzas apuntando a su corazón. Por un lado veía que detrás de esos soldaos estaba ese hombre que había derrumbado el muro, por el otro tenía el instinto de huir y volver a construir el muro.
¿Qué es la vulnerabilidad?
Su corazón estaba muy frágil y su mente le insistía crear de nuevo ese muro de protección. O más bien, un muro de contención que no le deja sacar todo lo bueno que tiene dentro. También confesó que durante este tiempo de sufrimiento le han salido otras historias emocionales (que no me detalló). Pero es obvio que estas experiencias remueven y que cuando cae un muro salen a la luz aspectos que habíamos estado ocultando.
Es difícil que dejemos sentir emociones negativas, porque si negamos estas emociones, también dejaríamos de vivir las positivas. Como estaba haciendo mi amiga con el muro de contención, que no dejaba pasar ni lo bueno ni lo malo (hasta que la vida de golpe le rompió el muro para sufrir todo lo que había evitado).
Hay un charla de Rene Brown sobre la vulnerabilidad en el que además de entretener con su forma de narrar, da una gran lección sobre la vulnerabilidad. Rene explica sus experiencias y conocimientos sobre la vulnerabilidad y describe a las personas que consiguen incorporarla en sus vida: las personas que se sienten conectadas, con el sentimiento de pertinencia, viven con todo el coraje, desde el corazón y desde su autenticidad, siendo conscientes de que son imperfectas y que la vulnerabilidad les acompañará durante toda su vida.
Aquí puedes ver el vídeo, o también puedes ver la transcripción. Vale mucho la pena.
El poder de la vulnerabilidad – Rene Brown
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=HhZNXbP0vnk&w=560&h=315]
Los espejos que nos ayudan a aprender
En medio de sus recriminaciones hacia la actitud que tenía él, mencionó que él estaba magnificando sus problemas cotidianos y que se hundía en ellos. Ella veía que él estaba en un pozo, incluso se lo había reconocido, y quería ayudarlo a salir de ahí. Veía que sus preocupaciones eran insignificantes y que sólo estaba teniendo una visión negativa de la vida y dijo: yo sé lo que es eso, he estado ahí, y podría ayudarlo con mi amor. En ese momento me quedé sorprendida. Ella se estaba viendo reflejada en él y quería ayudarle. Curioso, ¿no?
En lugar de ayudarse a ella misma primero, se estaba enfocando en ayudar a otro que tenía sus mismos problemas, pero la contradicción es que en ese intento ella había caído en la desesperación. En ese momento se me volvió a encoger el corazón viendo como realmente había pedido “su centro” y su autoestima. Amiga mía, estando tan desconsolada no puedes ayudarle. Quiérete por favor…
Le recordé que esa misma actitud la había tenido ella durante mucho tiempo. Se quejaba de su vida, nada le acababa de gustar y todo era una mierda, eso sí, lo decía muy tranquila, con mucha ironía y con mucho carácter. El muro era muy sólido en esas épocas. Y su respuesta fue: pero ahora veo que no estaba tan mal. Y volvió a hablar de lo mal que está ahora y de su sufrimiento.
Una experiencia muy dura nos puede llevar a ver nuestra vida desde otro ángulo. Si consigue darse cuenta que su vida vale la pena tanto con él como sin él, se llevará un gran aprendizaje de este dolor que ahora mismo está sintiendo.
Vivir con vulnerabilidad
Ayer mi amiga me dio una gran lección sobre vulnerabilidad y me ayudó a entender, asimilar e interiorizar el mensaje del vídeo de Rene. Debemos saber vivir con esa vulnerabilidad porque por mucho que lo evitemos, siempre vamos a tener algún sufrimiento o emociones negativas. Nuestro trabajo es dejar vivir esa emoción dentro nuestro para que, eventualmente, se diluya y podamos seguir con nuestra vida. El gran aprendizaje es vivir esas emociones, sin ocultarlas ni evitarlas, y lo principal es que debemos aprender a no identificarnos con ellas.
De palabras de René:
He descubierto, que tenemos que dejarnos ver, que nos vean vulnerables. Hay que amar con todo el corazón aunque no haya garantías.
“Simplemente estoy muy agradecido”. “Porque estoy vivo, porque sentirse vulnerable significa que estar vivo”
Mi deseo es que, pase lo que pase con esta historia, ella no vuelva a construir ese muro de contención tan rígido. Si necesita algo de protección podría plantar una valla de arbustos, que tapan ligeramente su vulnerabilidad pero que es fácilmente traspasable en los dos sentidos.
A todos nos da miedo ser vulnerables, que nos puedan herir. Nos hace sentir débiles y sin control sobre nuestra vida. Pero nos puede traer muchas maravillas. Solo tenemos que aprender a vivir con ello.