Habitualmente no leo los periódicos, como mucho escucho el resumen de la “actualidad” diaria en la radio o los comentarios en la cafetera de la oficina. Pero hoy tengo dos periódicos delante, El Periódico y La Vanguardia. Y vuelvo a reafirmar mi opinión sobre ellos.
Esto es lo que aparece hoy:
– Se dispara la pobreza en Cataluña
– Batalla campal en Kiev
– Revuelta sangrienta en Ucrania (y una foto de dos personas con las caras ensangrentadas, al puro estilo peliculero REC.
– Cae un 37% la inversión científica
– En las páginas interiores: Más corrupción mundial; Porros de hortensia. Fíjate tú que curioso
– Y en el faldón de portada aparece Messi con los brazos celebrando que el mundo va tan bien.
Critico muy a menudo el negocio desorbitado del fútbol, pero viendo la portada de La Vanguardia, entiendo que el fútbol es de las pocas bocanadas de aire fresco que podemos tener como ciudadanos del mundo capitalista. ¿Qué otra cosa positiva tenemos?
El sistema capitalista necesita que seamos homogéneos para formar parte de la cadena productiva y comprar productos estándares. Si somos diferentes, la economía tiene que cambiar. ¿Qué rico o poderoso quiere cambiar?
Como dice Catherine Malabou, filósofa, hoy en La Contra, “el sistema no necesita que seas único, sino uno más.”. Las experiencias de vida, cada decisión que tomamos, todo nos va moldeando como seres únicos pero el sistema (desde la educación hasta el ocio) intenta uniformizarnos para ser buenos consumidores. “El sistema nos quiere cada vez más en serie: que comamos igual; que vistamos del mismo modo y nos gusten las mismas películas; los mismos libros; los mismos programas de televisión, cuyo éxito depende de que los vean millones de individuos. (…) Suponen, por tanto, que todos somos reducibles y segmentables en edad, sexo, tribu urbana… Pero el auténtico goce, en cambio, reside en la infinita diversidad de lo humano.”
Y como el sistema lo formamos un conjunto de individuos que le da sentido, replicamos en general estas tendencias: menospreciamos a las minorías, lo que se sale de lo común. Si no sigues a la masa “se te considera bicho raro, cuando en realidad sólo tratas de ser persona”, afirma Catherine Malabou.
Leer el periódico hoy me ha sido útil para poder hacer esta reflexión. Bien. Además de leer otra interesante Contra, he podido seleccionar en el apartado de cultura una obra de teatro interesante: Bufonant, de de Toni Albà, centrada en improvisaciones teatrales; y he leído la curiosa historia de una virtuosa violinista con más de 10millones de discos vendidos que ha competido en los Juegos Olímpicos de Sochi. Pero de nuevo aparece en las últimas páginas un recordatorio de cómo debemos ser: La Rosa de España ahora luce un cuerpo 10 con ropas propias de una película porno sado-maso.
¿Cuántas cosas positivas se te ocurren a ti que han pasado hoy? Para los periódicos ninguna más.
Por suerte, hay el periodismo «alternativo» con objetivos más humanos y tono más positivo. Estos son algunos ejemplos que aparecen en Google aunque desconozco su alcance… ¿Cuánta gente los debe leer?
En positivo (curioso que no haya apartado de política)
Acabo de leer tus dos post sobre periodismo y me toca muy de cerca, primero porque soy lector de noticias de periódicos tradicionales -una especie cada vez más extinción, tanto el lector como el mismo diario. A todo lo que comentas del negativismo en el periodismo es un debate estéril por tanto en cuanto nunca sabremos, como bien dices, si son los lectores los que prefieren esas noticias o los diarios nos han hecho preferirlas.
En el sector han surgido hace tiempo medios y periódicos que sólo emiten noticias positivas y todos esos proyectos, al final, han caído en saco roto. ¿Por qué sera? Nos tendríamos que preocupar y preguntar si ponemos más interés cuándo nos explican un hecho dramático, algo trágico ya sea el vecino, el amigo o el periódico o bien atendemos con más entusiasmo cuando escuchamos algo divertido.
Sobre el post de la profesión del periodista anclado a una realidad pero víctima de los intereses económicos/políticos/culturales hay una frase que no sé donde la escuché y resume muy bien esto: «sin periodistas nadie explicaría la verdad, sin verdad no habría libertad y sin libertad no habría democracia».
Te animo a que sigas reflexionando y escribiendo. A mí me has hecho pensar. ¿Es bueno? no lo sé. Pero me has hecho pensar.
javi
Besos
p.d. fui a ver la obra «bufonant» de Toni Albà y me encantó. Impro pura y dura. Talento en carne viva.
Hola Javi, gracias por leer y comentar mis posts sobre periodismo. No querría caer en «opinática» pero te responderé a algunos temas que has tratado.
Cuando reflexioné sobre la profesión de periodista expuse la visión teórica y la práctica, las dos caras del periodismo. Como bien citas «sin periodistas nadie explicaría la verdad», y menciono el rol admirable en este sentido en el post: http://ivettegutierrez.com/2014/02/21/el-periodista-un-super-heroe-en-peligro-de-extincion/
Pero en la práctica el periodista y los ideales de libertad están sometidos a los intereses económicos de los medios, que al final son empresas.
Por otro lado, el hecho de que haya medios que emiten noticias positivas y que hayan caído en saco roto no prueba que nos centremos más en lo trágico y dramático. Hay muchos proyectos y empresas que han fracasado y que pueden ser de sectores con gran potencial de negocio, sólo que pueden haberse gestionado mal o con un mal enfoque.
Es cierto que las tragedias venden, pero no podemos negar la capacidad humana de buscar la felicidad, de alegrarse por las noticias positivas. Yendo a un extremo de lo que vende en los medios, las bodas también son noticias «rentables», ¿no?