El otro día reflexionaba sobre las noticias que aparecían en los periódicos. Principalmente criticaba la negatividad de los contenidos, entre otros temas. Justo después de haber publicado mi opinión sobre los periódicos pude escuchar argumentos a favor de la prensa por parte un directivo de una importante agencia de noticias de España. Prometí que compartiría esos argumentos. Y aquí voy.
Primeramente, hizo una radiografía del perfil de un periodista hoy en día. Dada la crítica situación de los medios y la crisis, lo describió como una persona estresada, agobiada por el jefe y aún más mal pagada que antes, trabajando en redacciones reducidas, con poco ánimo y un ambiente de desasosiego.
El rol del periodismo en la sociedad
A pesar de la profunda crisis en la que se encuentran los medios, el periodismo tiene un papel importantísimo en la sociedad democrática, basada en la información y transparencia. Hay un deber de informar y el periodista y los medios están aquí para hacerlo.
El señor de la agencia de noticias comentaba que los periodistas destapan escándalos, problemas, casos de corrupción. En otras palabras, el objetivo del periodismo es exponer los fallos de la sociedad.
Otro rol del periodismo es seleccionar y ordenar la realidad para dar respuesta a este sobre exceso de información.
Hasta aquí, un rol admirable y necesario. Fue en este punto cuando me di cuenta que sin quererlo, estaba de forma indirecta criticando una interesante y necesaria profesión que está pasando por una gran crisis. El problema viene cuando los intereses económicos de los medios se anteponen a los objetivos y valores del periodismo. A veces, y más de lo que necesita una sociedad democrática, el periodista comprometido tiene que tirar a la papelera sus artículos y renunciar a su criterio profesional y humano.
El negativismo mediático
A la pregunta de que por qué tienden a publicar las noticias negativas, respondió que es parte del objetivo del periodismo exponer los fallos de la sociedad pero reconoció que hay una recreación e insistencia en lo negativo.
Siempre se ha considerado que las noticias sobre muertes, desastres, corrupción, etc. son más “noticiables” que otros temas y que eso vende mucho más. Pero yo me resisto a pensarlo. ¿Es lo que los lectores quieren o es lo que los lectores están acostumbrados a leer?
Destacó que, a pesar de esto, hay una cierta tendencia a publicar algunas noticias positivas habitualmente patrocinadas por empresas, como por ejemplo temas de creación de empleo. Mencionó que no hay tanta corrupción en el país como parece, sino que hay tanta dilación en los procesos jurídicos que los medios hablan sobre estos temas durante mucho tiempo creando la sensación de que hay una corrupción permanente.
La financiación de los periódicos
Considera que los periódicos seguirán viviendo de la financiación de las empresas, ya que en España no estamos dispuestos a pagar por la información, al menos la de actualidad. Seguirá el periódico impreso, pero seguramente tendrá menos páginas y tratará temas en profundidad, un periodismo de más calidad y no cantidad. Lo describió como un “periodismo elitista”.
Nos transmitió su positivismo acerca de la recuperación de la publicidad y por lo tanto ve una mejora en la financiación de los periódicos a medio plazo.
El periodismo de batalla
Mencionó el periodismo digital como resultado de profesionales despechados de los medios tradicionales, y a pesar de que mencionó que hay varios de calidad, en general me transmitió un cierto rechazo llamándolo como un periodismo de batalla.
¿Y ahora qué?
Expresado todo esto, no creo que lea a diario los periódicos. Es loable alguien que está al día de la actualidad, lee, ve u oye las noticias a diario y le quedan fuerzas para mantenerse optimista. Como a mí me cuesta, mantengo la “actualidad” a una cierta distancia. Pero si me han animado compañeros de profesión a curiosear en El confidencial y El Diario, medios online de calidad al menos de vez en cuando.