¡Buenos días!
Hoy cambio de hábitos, escribo por la mañana, porque tengo un propósito. Hoy no voy a usar Whatsapp. Lo decidí ayer antes de ir a dormir.
El otro día escuché que en general miramos el Whatsapp cada 6 minutos, qué barbaridad, ¿no? Estamos literalmente enganchados, el móvil siempre está a nuestro lado.Yo intento sentirme libre como un pájaro, «por qué yo no estoy enganchada ni tengo dependencia de Whatsapp», pero lamentablemente, no tanto como querría.
Ayer estaba haciendo la cena, escuchando música y respondiendo Whatsapps. Luego empecé a mirar un vídeo y paralelamente con varias conversaciones de Whatsapp. Y, aunque soy mujer e inteligente, el multitasking es un mito. Si tenemos conversaciones por Whatsapp, y además varias, es imposible captar al mismo tiempo todos los mensajes de un vídeo.
La concentración es crucial hoy en día con la sobredosis de información que tenemos. Como dice Sri Aurobindo en su librito How to concentrate:
El valor de un individuo es proporcional al valor de su atención.
(Este tema se merece un post aparte, vendrá en breve.)
Por otro lado, hay otro tema, y comparto la opinión del blog Punto discordante:
«Me preocupa la importancia que dan ciertas personas al WhatsApp. Si me conecto y no te contesto no es que no quiera hablarte (o sí, lo cual sería mi problema) puede que esté ocupada y sólo quiera mirar los mensajes o puede que lo abriera sin querer. Pero todo es “me has ignorado”, “¿te pasa algo conmigo?”. (..)
Ojalá la gente se de cuenta de lo que importa es la persona, no una pantalla, una última conexión, un en línea.
Yo por mi parte sigo prefiriendo escuchar las voces de mis amigos y mi familia. Una pena que cada vez seamos menos los que preferimos esta opción…» Leer post completo de rebelión en contra de Whatsapp.
El sábado estuvimos 4 horas sin Whatsapp y fue una gran noticia en los medios, para muchos era una tragedia no estar conectados. Pues hoy hago el día completo.
¡Hasta mañana Whatsapp! Llámame si quieres saber de mí.
1 comentario