A pesar de que la meditación está cada vez más extendida y cada vez hay más estudios científicos que avalan sus numerosos beneficios (la meditación podía reducir hasta un 40% la ansiedad en tan solo unos minutos de respiración consciente), aún sigue siendo un término que me da reparo mencionarlo en determinados entornos. La palabra meditación tiene un estigma de gente rara, hippies, gente espiritual (o «ida»), poco realista, fuera del sistema…
En Estados Unidos la práctica meditativa ya es común entre grandes ejecutivos y mujeres famosas y exitosas, por ejemplo. Hasta el cineasta David Lynch habla de cómo la meditación favorece la felicidad y la creatividad. Así que sospecho que la moda se extenderá aquí. Y, como cuando me dicen que el yoga es una moda, yo afirmo: sí, lo es. Ojalá todas las modas fueran igual de beneficiosas.
David Lynch llega a afirmar que si todos meditásemos seríamos más felices y pacíficos. Lynch lleva también la meditación al campo de la educación. Ante la pregunta de un profesor de la universidad sobre si la meditación debería formar parte del currículo, Lynch responde que “es esencial”. “Hoy en día, la educación sólo habla de acontecimientos y de cifras”, se lamenta. “Te entrenan para conseguir trabajo y ser un esclavo de tu jefe, pero deberían enseñar a aprender a liberar tu creatividad”.
Mindfulness: un acercamiento a la meditación
De buenas a primeras la meditación es algo que cuesta de entender y de practicar. Es por esto que se introdujo Mindfulness en occidente, de la mano de Jon Kabat-Zinn hace más de 30 años. Mindfulness, una de las varias formas de meditación que existen, es traducido al español como «conciencia plena», es decir, prestar atención de manera conciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación.
Estar es ser consciente de todo aquello que nos acontece, es vivir presente en cada acción y estar con los que amamos plenamente. Mindfulness orienta nuestra mente y nuestro cuerpo hacia una armonía natural, ya sea cuando tomamos una taza de café por la mañana, nos duchamos, tomamos una fotografía o leemos una novela.
Existen muchas maneras de practicar Mindfulness, desde el momento en que nos despertamos hasta acabar el día. Lo más normal es que cuando nos despertamos nuestra mente se ponga rápidamente en marcha, elaborando listas de las cosas que tenemos que hacer. No es de extrañar que cuando estamos en el trabajo pensemos en la casa y cuando estamos en casa, pensemos en los clientes que descuidamos.
Esa sensación de no estar presente, de estar agobiados, estresados puede perseguirte y contaminar las diferentes áreas de tu vida… independientemente de lo ocurrido, tu mente siempre esta en otro sitio diferente.
Decidir estar atento, hoy, aquí y ahora… solo depende de ti.
Y mañana algunos trucos de Mindfulness para aplicar al día a día…
1 comentario