La dependencia tecnológica
He querido estar un día sin whatsapp, tal y como escribí ayer en el post Hoy no usaré Whatsapp, evitando esa sensación de: me ha escrito y tengo que contestar, pero ahora no me va bien; ¿ui, me habrá contestado? Ah, no se ha conectado; vaya, nadie me ha dicho nada; qué raro, ¿será que no funciona? No no, nadie me ha dicho nada; a ver a quién le digo algo; no mires de nuevo, acabas de mirar y no había ningún mensaje; si tengo muchos mensajes es porque tengo muchos amigos; no vuelvas a mirar, ¡eso significa que estás enganchada!
Pues estos pensamientos que un día u otro todos hemos tenido, he intentado evitarlos quitando todas las notificaciones de whatsapp, anunciando que no voy a usar whatsapp y lo más importante de todo, mentalizándome de que no lo iba a usar. (Tengo que destacar que considero que paso bastante del whatsapp, comparándome con la gente que tengo alrededor.)
Pues la conclusión es: qué difícil es desconectar.
Esos pensamientos sobre la dependencia al whatsapp los substituí por: no es necesario que mires, has desactivado las notificaciones. Y si abro la aplicación y miro, sólo por curiosidad, ¿estoy incumpliendo algo? tengo que avisar a fulanito, ¿puedo abrir whatsapp o lo hago por Facebook? No puedo abrir whatsapp, a ver si me dicen algo por Facebook, o tal vez me hayan escrito un email; venga, que lo mire un par de veces no significa nada; vaya, menganito me ha escrito, y ahora no puedo contestar. Narices, si sólo me ha escrito para fastidiar. Pero no puedo meterle bronca, ¡porque se supone que no lo he visto!
El poder de los hábitos
Qué fuertes son los hábitos. Tienen un gran poder sobre nuestra mente y nuestras acciones. Si fuéramos capaces de adquirir hábitos premeditados y beneficiosos para nosotros, el mundo iría mucho mejor.
Cuando reflexiono sobre los adolescentes que están creciendo con el vicio de estar hiperconectados pienso que puede ser fuente de problemas en el futuro. Son jóvenes acostumbrados a interactuar con y a través de multipantallas, pero como ya dije ayer hablando sobre la concentración, no somos multitasking. Por mucho que los jóvenes hayan desarrollado alguna capacidad diferente a la los más mayores, la capacidad de concentración tiene los mismos criterios, y es probable que si algo han desarrollado es la capacidad de hacer muchas cosas diferentes mezcladas y ninguna en profundidad. Y ya no digamos de los bebés que crecen entre gadgets electrónicos.
Cómo deshacerse de los vicios
En un estudio de drogadicción con excombatientes de guerra estadounidenses, que habían consumido drogas durante la guerra del Vietnam, se dieron cuenta de que la adicción desaparecía cuando había un cambio de hábitos y de entorno. Durante la guerra cogieron una adicción, un hábito, pero cuando volvieron a sus casas, los que no consumían antes de la guerra, no lo hicieron tampoco a su regreso.
Las circunstancias condicionan nuestra actuación, con lo cual, si cambiamos las circunstancias, modificamos nuestras acciones y nuestros hábitos.
Cuando estar sin whatsapp es una liberación
Durante mi estada en la India no tenía smartphone y el acceso a Internet era muy limitado. De hecho pensaba que no tendría acceso y mis amigos también se lo pensaban. Ya iba concienciada en centrarme en mi viaje y mantener al margen mi vida habitual. Sólo tenía el compromiso de llamar a mi familia de vez en cuando o enviar un sms con el “troncomóvil” básico que me había comprado para la ocasión.
Durante las semanas de mi viaje estuve concentrada en vivir lo que me pasaba en cada momento, todo era nuevo y no tenía ningún hábito. Ni el de mirar el móvil.
¿Quieres añadir algún buen hábito en tu vida?¿O eliminar alguno? Tal vez haya alguna circunstancia que puedas cambiar para conseguirlo…