Los temas que trato para escribir cada día, muchas veces me escogen a mí. Hoy quería hablar sobre una reflexión que he hecho hablando con un amigo, pero ahora al ponerme a escribir he atado cabos y me he dado cuenta que me puedo organizar un planazo para este fin de semana. No puedo dejar de pensar en ello, quiero organizarme para que sea posible. Y tampoco quiero dejar de pensarlo ahora, más tarde puede ser demasiado tarde.
Es una actividad que sólo hacen una vez al año y que las circunstancias han hecho que tenga posibilidad de participar. Genial, ¿no? Dicen que cuando las cosas tienen que pasar, el universo mueve ficha para que suceda. En pocos días veremos que me depara el universo.
Si consigo hacer esta actividad, implicaría que durante horas podría estar en un sitio motivador, inspirador, donde las horas pasan sin darme cuenta, donde puedo soñar y mi imaginación divaga entre esos sueños. ¡Me encanta!
Pasar a la acción
Primer paso: tener en cuenta los factores para organizarlo, y son bastantes. Sin mi acción directa no sería posible. Aquí entra en juego la mente fría. “No te dejes nada”. En este paso el universo quiere señales, mi “esfuerzo”, para verificar que lo quiero.
Segundo paso: personas implicadas. Cuando me apetece hacer algo que me gusta -que no sea una actividad en grupo- acabo pensando en quién querría ir conmigo, o con quién querría ir yo. Pero hay que aprender que no siempre tienen que haber personas implicadas.
Mis aprendizajes…
Recurro de nuevo a mi viaje a la India para explicarme mejor. Después de tomar la decisión de ir a la India, dado el miedo que me daba ir sola y siendo mujer, quería viajar o coincidir en algún punto de mi viaje con algún conocido. El miedo hizo que me quisiera agarrar a una cierta seguridad.
(Inciso, y salgo en mi defensa: es un comportamiento humano muy natural que ante una situación de miedo intentemos buscar soporte. También hay que tener en cuenta que no todas las personas quieren o se ven capaces de viajar solas a destinos insólitos.)
Estuve barajando diferentes alternativas para poder coincidir con amigos o conocidos. Yo tenía que decidir rápido para comprar los billetes de avión y tramitar el visado pero las otras personas tenían otro ritmo y no conseguía las respuestas necesarias para organizarme con ellos. Eso me causó un agobio considerable porque me sentía dependiente de las decisiones de los demás.
Al final, conseguí darme cuenta que ese viaje era MI viaje, mi ilusión de mucho tiempo y que no podía estar sufriendo pendiente de los demás. Así que pensé en lo que yo quería y decidí por mi misma. El resultado, como ya habéis ido leyendo, fue espectacular.
Ahora estoy en una situación ligeramente parecida. Y como he aprendido la lección, decido hacer todo lo que esté en mi mano para conseguir lo que quiero: un planazo para este fin de semana. Si coincido con amigos será genial, sino, será MI planazo.