Me considero una persona bastante organizada y planificadora, los suficiente para encontrar un orden sin sentirme encerrada en mis propios planes. En lo práctico de organización espacial, me gustan los sitios limpios y ordenados, aunque en mi día a día se me ocurren muchas otras actividades antes que limpiar y ordenar, así que lo reduzco tanto como puedo (y ahí entran los límites subjetivos: ¿está la basura medio vacía o medio llena?). A pesar de que en general a nadie le gusta limpiar, hay momentos en que tengo la necesitad imperiosa de limpiar y ordenar todo lo que veo.
He buscado el significado de esto y he encontrado algunas ideas interesantes:
La energía necesita espacios ordenados y despejados para fluir libremente y en forma controlada. Para que la energía se mueva, se requiere tanto de un espacio libre como la existencia de objetos en el camino.
Cuantos más objetos poseemos, mayor es la energía que consumimos para conservarlos. Deshacernos de aquellos objetos que no nos alegran o que ya no necesitamos es como liberarnos de una pesada carga que hemos transportado hasta ese momento.
Es por esto que es vital mantener ordenada nuestra casa y lugar de trabajo, ya que la organización de nuestro entorno físico refleja realmente lo que pensamos de nosotros mismos, lo que experimentamos y de nuestra relación con la abundancia.
Ordenar tu espacio también ordena tu mente. Puedes, literalmente, ver con mayor claridad. Armonizar o convertir los espacios habitables en lugares más equilibrados o placenteros, evita distracciones, (…). Por otro lado, aumenta la tranquilidad para tener un descanso reparador en tu hogar, mejora la salud física, mental y emocional, (…). Leer más aquí.
Hoy he hecho limpieza en el escritorio de la oficina y también necesito hacerlo en casa. Así que con vuestro permiso, voy a ordenar «mis ideas».